25 de enero de 2011

EL AMOR A LAS 2:00 A.M...o ¿que demonios tenia el agua?

Se siente bonito, me hace suspirar mucho, bloquea mi nariz. Quisiera gritar, pero no quiero despertar a mis vecinos. Adictivo como un malvavisco olvidado, es pegajoso, sabe a glucosa. Huele a eucalipto con crema de cocoa. Se escucha como una mezcla de tren lejano y hojas de arbol de granada balanceandose.

Hueco en el estòmago, sonrisa idiota, dedos que escriben ràpido, sueño que no llega, otro suspiro, paredes azules, perfume de melocotòn, agua de jamaica con tres hielos.

Pienso en ti, en tus ojos de caramelo lapposse, en tu voz de medianoche, en tus manos pàlidas, sonrio de nuevo, mis suspiros no se agotan, empieza a llegar el sueño...¿asi se ve el amor a las 2:00 a.m?

15 de enero de 2011

DIA 1: ¡¡¡No hay internet!!!


¿Es posible sentir pavor cuando no tienes internet en casa?, ¡para nada! facilmente puedes sobrevivir. ¡Ja! eso es lo que pensaba.

Pero la verdad es que mi opinion ya cambiò. No hay nada mas hermoso que sentarte frente a la compu, en facha, a media noche de un dia aburrido y divagar. Eso apenas lo apreciè.


Resulta que en toda la semana no tuve conexiòn a internet. Todo se hubiera solucionado encendiendo el bluetooth de la compu y conectandome a cualquier red disponible.

Pero mis vecinos son unos egoistas, tienen habilitada la seguridad al màximo. Cuidan su red mas que a sus hijos.

Cuando insinue a uno de ellos que requeria una contraseña (yo todavia ilusa y pensando que me la proporcionarian) el vecino me interrumpio con un nervioso "no, no se puede, eso solo lo hace un tecnico especializado". Como si yo quisiera robar por siempre su red y cancelar la mia.


En fin que el lunes, ya aceptando la idea y con mil cosas que hacer, decidi trabajar "offline". Entonces, cuando ya estaba mentalizada se presento el primer mensaje a mi celular "¿donde andas? urge que revises tu mail, ¡ya!", me enfurecio porque mi telefono es una piltrafa que ya no sirve para mensajes y ese hubiera querido contestarlo con insolencias. Despues me recordo que odio esa imposibilidad de la gente de llamar y en lugar de eso, resolverlo todo con mensajes de texto (bueno, tambien me odio a mi, eso lo aplico muy seguido).


Asi que sali al ciber-cafè mas cercano a mi casa, que queda lejisimos, o sea enfrente. Si, solo cruzo la calle y llego al local. Es mas no es uno, son dos negocios. Pero no se, no es lo mismo dueño ni van dirigidos al mismo target. Total que entre al mas "nice" pedi una compu al chico, que segun mi hermana es "igualito a Robert Pattinson" (jaja, ilusa), y me respondio con una mueca de galàn. Asi que asumì esa boca torcida como un pasa, toma una computadora.


Ya sentada en mi lugar busque mi cafè, el cual nunca encontre. ¿por que demonios se llama ciber-cafe si te prohiben hasta comer chicle?. No hubo cafe asi que intente acomodarme en mi cubiculo privado, que de privado no tiene nada, ya que el "Robert" pasaba atras de mi echando ojo a mi monitor (Si ni veo porno, que me cuidaba, que triste).

Asi cheque mi mail, y de paso di una ojeadita (de ojo) a las redes sociales. Twitter solo me ofreciò comentarios politicos y quejas.

Facebook lo de siempre: gente presumiendo lo que comeria, gente presumiendo donde està, gente presumiendo lo que escucha y gente presumiendo lo que piensa. Obvio no me quede atràs, asi que presumì mi sapiencia acerca del "Kalimba Gate".


Despues de casi media hora, cerre mis ventanas di terminar sesion como diez veces (por paranoia) y me levante a pedir mi cuenta.

Ahì estaba, con mi grandioso vestido azul digno de la novicia rebelde, en el pasillo. Asì que no pude hacer otra cosa mas que caminar hacia "Rober" a pagarle.

Obvio no iba a pasar asi nada mas y obligada por una fuerza sobrehumana pase lentamente viendo los monitores de los usuarios.

Por la hora, casi todos eran niñitos que acababan de salir de la secun. Dos hacian tarea, otros tenian video conferencias con mujeres de nombres tipo Valinskaia y Kalinka, un joven de mas edad veia una pagina de fondo negro con letras escurridas y rojas tipo sangre, otro par de niñas subian comentarios ofensivos al facebook de la matada del salòn y escuchaban una musica con la que sus lonjas se contoneaban.


Por fin llegue con el jòven Pattinson, me hizo mi cuenta y pague la maravillosa cantidad de cuatro pesos, cosa por la cual me asombre y sali del ciber-cafè Andy.


Despues de esa experiencia, nada religiosa, ni divertida, ni cool (de hecho solo experiencia) me prometi no regresar al local, sacudirme la weba y manejar hasta el "starsucks"(si me da pena, pero ahi si sirven cafe, aunque sepa a agua de caño...y se que con este comentario el Maikol ya me desheredò).

Aunque solo se quedo en promesa, ya que la apuracion y la pereza de manejar 20 calles y pasar dos semaforos, de nuevo entraron en mi vida y regresè...¡al siguiente dia!.
Pero como diria un promo gubernamental: "eso es otra historia"


*La foto es ilustrativa, aunque el Pattinson no es mi hit, no se parece en nada al dueño del cibercafe. Hasta pienso que mi hermana anda en drogas

4 de enero de 2011

ODIO LOS LIBROS!!!


Recordando con cariño a Rebeca y su gusto por coleccionar libros.

Odio tener libros en el librero. Suena absurdo, pero es algo que no me gusta. Con esto no digo que no me guste leer.
Para mi el papel se hizo ligero para volar. Por eso no me gusta ver libros tristes, con palabras aplastadas, ahi intactos en los entrepaños del librero.

Me gustan los libros felices, esos que ostentan pastas gastadas, hojas con huellas digitales y gotas de cafè.


Mi hermana no soporta prestar sus libros, ni siquiera que alguien los toque. Son sus tesoros, estàn ahi, relucientes sobre un mueblecito tan blanco y pulcro que seria la envidia de la biblioteca de Alejandrìa.
Son muchos y todos con su nariz respingada me ven cada que paso frente a ellos. Intactos y en perfecto orden.

Algunas veces ella me ha dicho que porque no pido de vuelta los libros que he prestado. Eso a mi no me interesa, estoy segura que si un dia regresan a mi serà solo para descansar de dar vueltas.


En cambio mi librero, es un caos, los ejemplares uno encima del otro sonrien como trotamundos. Algunos esperan ansiosos llegar a otras manos, otros añoran los libros prestados que nunca volveràn.
Cada uno tienen su uso y mision. Por ejemplo, los que no me han gustado sirven como libretas o agendas bajo la teoria de no desperdiciar ni un milimetro de papel (debemos cuidar los bosques, ja!). Esa costumbre la adquirì de mi abuelo, excelente dibujante (odio no haber heredado eso), que tenia un solo libro favorito y se dedico a hacer bocetos en cada una de las pàginas.
Asi que cuando alguna persona se interesa en una de mis agendas, se lo lleva, con todo y mis apuntes.

Y si se trata de mis libros favoritos, pues intento prestarlos bajo consigna de que me sean devueltos, aunque sè que eso es poco probable.

Por eso tendrè siempre pocos libros, algunos ansiosos de pasar de mano en mano, otros destinados a ser mis cuadernos y otros tantos para nivelar alguna mesita inestable.

*Este año procurarè leer mas, aunque eso implique tener que controlar mis nervios y ansiedad al entrar a una libreria a comprar o mis alergias cuando entro a las librerias de viejo.

Ya lo superarè.