15 de junio de 2010

UN GRITO DE KATAYAMA


Me gusta leer. A veces olvido ese hàbito, pero cuando lo hago siempre recurro al mismo tipo de literatura: suspenso pop, donde los capitulos se puedan acompañar con buena mùsica, que haya uno que otro asesinato y eso si mucho rock.

Siguiendo esa temàtica, disfruto las letras de Coupland, Burguess, Easton Ellis y demàs literatos de esa calaña.

Por eso decidi darle la vuelta a mis gustos y probar otras letras.

Encontre en un mundo de libros, a Kyoichi Katayama y su Grito de amor desde el centro del Mundo. Suena un tìtulo muy cursi, asì que me predispuse a encontrar melaza en cada pàgina. Aùn asì lo llevè a casa.

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Hasta este momento, recuerdo lo que leì y se me hace nudo la garganta.

Es la clàsica historia de amor: unos preadolescentes que se hacen amigos y nunca se ven como otra cosa, de repente llegan las hormonas a sus vidas y se dan cuenta que se aman.

Asì empieza su historia de amor, llena de anècdotas cursis, palabras extrañas y situaciones tìpicas de enamorados.

Puede sonar como una pelìcula dominguera, pero està tan bien escrita la historia que es dificil dejarla. De hecho la lei en menos de 48 horas.

Me gustò que no termina en beso, solo en amor eterno, que ni la muerte puede aniquilar, aun asì no es un final feliz.
Llorè como estùpida al leerlo, asì que les recomiendo que lo consigan y lo acompañen con una taza de cafè y una caja de pañuelos, y si està lloviendo, mejor.


*Tambien les recomiendo ambientar la lectura con musiquita suave de su eleccion.


12 de junio de 2010

NO ODIO EL FUTBOL


Siempre, cada cuatro años, el mismo asunto sexista: los hombres, viendo el futbol, embelezados y embabosados, mientras las mujeres claman atenciòn de sus prìncipes panzones y refunfuñan sobre lo olvidadas que se sienten durante todo un mes.


Ah! no es una lucha de sexos, es solo el mundial. No entiendo porque tanta aversiòn contra el futbol. De acuerdo estoy en que es un deporte popular, hecho para ser fàcilmente entendido, usado por los gobiernos como circo para distraer a los gobernados, y que apasiona al punto de la muerte a algunos seguidores.
He notado que la gente que odia a muerte este deporte, es porque en sus nucleos familiares son fanàticos, o sea son renegados. Solo algunos que conozco, aclaro. Otros simplemente son indiferentes o ni siquiera les importa.

Lejos de eso, a mi me agrada el futbol. Quiza no vea toda la liguilla o todos los partidos del mundial, pero realmente no me molesta el deporte. Lo que me molesta son las actitudes que trae consigo la pasiòn futbolera, que si es solo para hombres, que si las mujeres solo lo vemos para sabrosear a los jugadores, que si por un partido dejas de hacer tus obligaciones, que si esta vez si ganaremos.


Siempre he disfrutado de la Champions League, porque me agrada mucho el juego a la europea, ràpido y mortal; la liguilla mexicana no me gusta mucho, simplemente porque los compatriotas ya traen tatuado en el pecho el individualismo y a veces es ver jugar a una sola estrellita; el fut sudamericano me gusta porque es casi canibal.


Asì aunque no soy fan de dejar de hacer cosas por un partido, y aunque a veces me enojen las actitudes, yo respeto. Simplemente yo, como muchos, sabemos que es solo un juego, y que la patria se hace trabajando, estudiando o solo haciendo las cosas bien, y aunque no somos mayorìa, estoy segura que no soy la ùnica que piensa asi.


Solo juguemos bonito!!!

10 de junio de 2010

Entre papel y escarabajos


Hoy amanecì infeliz. Con tanto en la cabeza y a la vez nada, de mala gana me levantè de la cama. En esas estaba cuando mi celular sonò (despues de no haber sonado durante varios dias), lo busquè en el fondo de mi bolsa, esperando con mi corazòn saltando que fuera mi persona especial. Bah!! solo era mi jefa: Kati, hoy no vengas a trabajar. Fingì mi mejor sonrisa, y aun asì seguì con mi dia.


Por la tarde, en plena hora de calor, la escena en casa era aburridisima. Yo, sentada en cualquier rincon, con la compu en mano y escudrinando la internet. Bien Emo.

Asì que con la misma determinacion emo decidì salirme al caòtico centro, hacer algo que nunca hago y olvidar mi "infelicidad".

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Llegue al centro, acalorada y sedienta. Ahi perdida en el mundo de gente que hay en Madero y mientras tomaba algo intentaba decidir que hacer. Ir al mixup, no, ni tenìa ganas de mùsica. Una libreria de viejo, no, ni tenia ganas de estornudar mientras veia libros amarillentos. Tienda de diseño, no, estaba cansada de ver eso. Asì que caminando y entre la turba iracunda que intentaba salir en un programa de tv y hacer sus dominaditas de balòn, vi el letrero de librerìa Gandhi. Tomando en cuenta que este señor era toda paz y quietud, no dude en entrar. El lugar me evocaba tranquilidad.

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Entrè a la librerìa esperando ver todo tan blanco, tan ordenado, tan..."aaaaaaaaah!!!" fuè lo que exclamè al ver un lugar lleno de libros (obvio). No supe por donde empezar. Tan olvidado tengo la lectura, que no supe ni que me gusta. Asì que recorriendo pasillos y viendo quiza encontrarìa algo. Rilke, Murakami, Auden, Garcia Màrquez, Benedetti, todos me atacaban y me gritaban "llevame, llevame".

Por un momento me quedè petrificada en un pasillo. Un jovencito buen mozo y con pinta de intelectual, o sea flaco, greñudito y con lentes cuadrados, me preguntò si necesitaba ayuda. Le dije que no, solo estaba viendo, el insistiò en recomendarme un par de tìtulos de filosofia, yo le decia que gracias, pero no!!. Me di cuenta que el tipo no era empleado, asì que como buena capitalina desconfiè de el le di de nuevo las gracias y me alejè. En estos dias una ya no se puede dar el lujo de hacerle la plàtica a cualquiera, todos son delincuentes en potencia. Bah, que exagerada, pero solo fui a la libreria por libros, no a ligar. En otra ocasion serà.

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Di vueltas y vi los estratosfèricos precios de los libros de diseño, solo les pude decir que me esperaran un poco. Seguì buscando y se me atravesaron los Beatles. Como siempre saliendo al rescate, a pesar de que ni me gustan. Ahì estaban con sus caritas sonrientes y coloreadas, pidiendome que los llevara. Tomè el libro, leì la contraportada y vì que eran cuentos. Para justificar mi compra pensè "esto le gustarà mucho a mi hermana", la verdad es que el libraco me intereso mucho.

Segui deambulando por los pasillos y llegue a la seccion homenaje altar de literatura japonesa, obviamente comandada, o mas bien dominada por Murakami. El es bueno, me gusta pero no lo quiero por el momento, asì que busquè minuciosamente entre libros y encontre una novelita de amor japones, con asesinatos, computadoras y mùsica. Sin pensarlo la tomè y me dirigì a pagar mi seleccion.

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Son $300, queee???, bueno no fuè tanto, pero hace mucho que no compraba libros. Seguro con esos trecientos pesos no iba a poder comprar otra cosa, asì que me consolè y tome orgullosa mi bolsita, pensando en la buena selecciòn que habia hecho y meditando que las palabras son la soluciòn a muchas cosas y esperando que esos miles de palabras que adquirì me regalen ànimo y sonrisas.

2 de junio de 2010




Soy una idealista, siempre he querido salvar al mundo. Sè que nunca lo harè, pero lo intento. Es muy soberbio hablar de salvar al mundo, pero tal vez si comparto lo que tengo estarè ayudando a alguien a ser feliz.

Por eso llevo cuatro años trabajando en ONG`s y fundaciones, en proyectos de campo que se tratan de ir a comunidades artesanales a compartir lo que sè hacer: Diseñar.
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¿Cuànto ganas?, me preguntò un familiar con ojos de $$$, cuando le di la respuesta, sonriò burlonamente, me dijo que ya estaba grande como para conformarme con eso y acto seguido me ofreciò ayudarme a buscar un trabajo de verdad.

¿y que le hace pensar a ese sujeto que esto no es un trabajo de verdad?

El dinero, es importante, claro que si, a mi no me gusta andar pobre y como me encanta la buena vida pues para eso necesito lana. Pero no es lo ùnico. Siempre me ha parecido de perdedores trabajar solo por dinero, sin ningun otro objetivo.

Me gusta salir de mi esferita y ayudar, estar en lugares tan olvidados que se esconden en los mapas, ver la cara de alegria de la gente cuando llegas, ver que te regalan sonrisas al por mayor a pesar de que a veces no tienen muchos motivos para hacerlo.

Es increible caminar horas,con la niebla de frente, sin poder ver mas alla de mi nariz. Deslizarme sobre el camino rocoso a pleno rayo del sol o sobre hundir mis pies a cada paso en una deliciosa capa de fango.

Sola, con mi mochila en la espalda y escuchando mi corazon, huelo, siento, pruebo, veo.

Simplemente son esas cosas que disfruto y nunca quiero que terminen. En esas situaciones, he sentido cuanto vale la pena vivir y hacer que valga la pena dejando un poquito de mi en cada persona que conozco.

He visto gente feliz, gente sola, gente melancòlica, pero sin duda gente sincera, que admiro y que y que asi de la nada me dicen han dicho cuanta alegria les da tenerme en sus pueblos, que regrese y cuente con su amistad.

Y los niños, con sus risas contagiosas y sus pies descalzos, que mueren por que me desocupe para llevarme con ellos y enseñarme sus juguetes: piedras, alguna pequeña cascada, estrellas brillantes, làpidas de algun pintoresco panteòn o simplemente mostrarme con orgullo que ya saben escribir su nombre sobre sus amarillentos y hùmedos cuadernos. Ellos posan para mi camara mil veces y cuando me voy me piden que no los olvide.
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Todo eso paso por mi cabeza cuando vi la cara de burla de esa persona. Lo ùnico que pude hacer fue sonreirle, darle una palmada en el hombro y decirle "regresa con tu dinero, yo me quedo con mis sonrisas"